miércoles, 14 de mayo de 2008

Todas las historias tienen un final



Todos sabemos que las historias tienen un principio y un final. A medida que vas leyendo una historia te das cuenta de que tiene el final que le correspondía, pero ¿y que pasa con aquellos finales que esperabas que fueran diferentes? En mi caso, releo la historia para ver si se me ha escapado algún detalle que me condujera a ese final, pido opinión a otras personas y no paro hasta encontrarle el sentido.


Eso es lo que llevo haciendo desde que acabó nuestra historia, y no sólo porque no esperaba que ese fuera nuestro final, sino porque ni siquiera hay una razón para eso. He llegado a muchas posibles razones, incluso una vez me aventuré a decirte por cuál me inclinaba, hoy, ya ni siquiera se, si elegí la correcta.


Hasta ayer creia que yo era la culpable, o al menos en parte, algo tenía que haber hecho para que la cosa saliera tan mal, una relación siempre es cosa de dos, y las alegrías y los enfados siempre se viven al 50%, o eso debería ser. Pero, en una relación como la nuestra, en la que al final sólo yo tiraba de ella, sólo yo estaba pendiente de ti, sólo yo...No creo que la culpa haya sido mia. Y si he tenido la culpa de algo ha sido creer que las cosas cambiarían, en conformarme con lo más mínimo que me dabas. Pero ¿sabes qué? ¡Que me merezco más! Y lo peor de todo es que no he sido consciente de ello hasta ayer, cuando me di cuenta de que una vez aliviado tu sentiemiento de culpa, hasta luego, muy buenas. Que no fuiste capaz de complacerme en una cosa tan sencilla como la que te pedía, porque tú en esas cosas no eras constante bla bla bla..., y ahora de repente ¿ya lo eres? ¿o es que todos lo tienen y tú no? Sea como sea, la cosa se reduce a que cuando yo te lo pedí me decías que era una chorrada, y ahora que te lo dice un amigo tuyo, ya no lo es. Y como siempre, comparándome con tus amigos, yo en segundo lugar.


Así que se acabó, me permitiré llorar por el final de esta historia lo mismo que tú te permitiste preocuparte por ella. Quizá mañana me arrepienta de mis palabras, no lo se. Pero, hoy soy una Campanilla enfadada que ve como Peter se aleja con los niños perdidos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jamás se debevivir de un amor de limosna. Yo también me dí cuenta hace unos meses. Me ha gustado encontrarte, tu forma de expresarte es muy sincera. Te dejo un abrazo y te deseo mucha suerte, lo mejor está por llegar¡¡¡ Muacks¡

Miguelo dijo...

campanilla te informo q tienes un nuevo niño ;)

Estela dijo...

Críptica: Gracias por pasar a visitarme. Lo sé, yo también lo acabo de descubrir, pero aún así, el dolor es el mismo...Espero que el dolor, en tu caso, haya pasado y estés cerca de la felicidad. Yo me esforzaré por estarlo pronto.
Un beso!

Miguelo: Espero que no sea uno de los perdidos porque esos se van con él...! jejej 1besitoo!