martes, 21 de septiembre de 2010

Y hoy...empiezo de nuevo, otra vez



Hace una semana y media que no tengo noticias de ti, y creo que ya está bien…No hace falta que sigas pensando, ya decido yo por los dos. Hasta aquí ha llegado nuestra “historia”

No sé si esta ha sido tu intención desde el principio, o si simplemente se te ha ido de las manos pero creo que me merezco un respeto y una consideración que tú no me has tenido.

Como algo más no íbamos a ningún sitio, una relación, para mí, está basada en las ganas mutuas de estar con el otro, en la confianza, en el respeto, en la preocupación por el otro, en pequeños detalles y en tantas otras cosas que a nosotros nos faltan…Me parece respetable, comprensible y más que razonable que quisieras tomarte tu tiempo para reflexionar, pero ¿sinceramente lo has hecho? Porque ya me parece triste que tenga que esperar a que alguien se piense si quiere estar o no conmigo, yo no te voy a convencer de ello, creo que en los años que nos conocemos ya te he demostrado como soy, lo que valgo, ya sea mucho o poco, y lo que estaba dispuesta a hacer por ti. Creo que detalles contigo nunca me han faltado, y que a pesar de lo que pienses, de orgullosa no peco, ojalá lo hubiera hecho porque, si así hubiera sido, ahora no estaría aquí. A pesar de todo, he sido paciente como la que más, y no hablo sólo de las últimas semanas, pero todo en esta vida tiene un límite y yo lo sobrepasé hace mucho…chico 2 cuando echas de menos a alguien lo haces desde el minuto 1, no hacen falta 11 días para darse cuenta.

Me parece increíble que hayas sido incapaz de mandarme un simple sms para ver cómo está mi madre, como estoy yo o cómo van las cosas cuando encima, la última vez que hablamos sabes que colgamos y yo estaba llorando. Sabes que mi madre está en el hospital y nada…¿Realmente esperas que yo me crea que te importo? Chico 2 llevo demasiado tiempo esperando por tu parte un gesto que me demuestre que no pierdo el tiempo, que la espera vale la pena…pero es que ya estoy harta, hace demasiado tiempo que no me demuestras nada. Se supone que después de lo de Semana Santa ibas a cambiar y a ser más detallista y demás…pues yo no he notado ese cambio. ¿Tú sabes cómo me sentí yo cuando en lugar de venirte conmigo te quedaste en tu casa jugando al ordenador? ¿Eso son ganas de estar conmigo, no? Ponte por un momento en mi lugar…y empieza a sentir y a ver las cosas desde mi posición. Y lo siento, pero para mí, esto ha sido la gota que colma mi vaso. Yo quiero estar con alguien que desee estar conmigo, sin atender a razones, porque el amor es así, y quien no arriesga no gana, que tenga ganas de estar a mi lado cada minuto que estemos juntos sin importar nada más, que haga que cada momento valga la pena. Y cuando se tiene eso…dan igual los kilómetros y las distancias. Sé que iba a sufrir, se que iba a ser difícil y aún así yo estaba dispuesta a intentarlo porque pensaba que merecías la pena, porque me importabas como el que más, y por tantas razones más…Sinceramente, durante mucho tiempo no sólo lo pensé si no que llegué a estar convencida de que tú y yo, íbamos a acabar juntos, y no importaba nada más, pero las esperanzas y las ilusiones hay que alimentarlas y esto es algo de dos. Si no te has decidido ya…no lo harás nunca. Y como te he dicho antes en el amor no se convence, si te lo tienes que pensar…es que no lo sientes. De todas formas, después de semana y media, para mí esto ha perdido todo el sentido y yo no veo más opción que decirte adiós porque lo que más me duele de todo es que tanto que apelas a lo mucho que me aprecias no hayas tenido la decencia de preocuparte por mí en estos días tan difíciles mientras tú estabas de fiesta, y dejando comentarios en plan lo bonito no es la foto, lo bonito eres tú. Para mi es una falta de respeto tremenda que me tengas aquí esperando mientras vas tonteando públicamente (en el tuenti) con otras. Y como yo ya he pasado por ahí y me juré y me perjuré que no volvería a tropezar con la misma piedra…desde luego mis ganas de tener algo contigo las he perdido.

Y en cuanto a cualquier otro tipo de relación…personas a las que conozco de dos veces se han preocupado más por mi y por mi madre que tú, personas que ni siquiera la conocen…y en los malos momentos es cuando te das cuenta de los que valen de verdad. Has estado conectado al tuenti y no has sido capaz ni de saludarme, espero que no tengas la desfachatez de volver a acusarme de orgullosa diciendo que yo te podía haber saludado igual porque recuerda que cuando colgamos el jueves me dijiste yo te escribo y ¿quién fue la última en escribirte? porque vi que tomábamos el mismo camino y ¿qué me dijiste?, y a mi último mensaje no has sido capaz ni de responderme. Así que tiempo más que suficiente creo que te he dado pero visto que tú no tienes valor de decirme que no quieres nada conmigo, tranquilo que ya me doy por enterada. Pero permíteme decirte que te falta delicadeza, consideración y respeto hacia mí en cada célula de tu ser.

Sólo espero que el día de mañana no digas que esto falló por cosa de dos…No sé si es que no es nuestro momento o es que nunca tuvo que ser…pero yo hasta aquí he llegado.

domingo, 19 de septiembre de 2010

A ti...



A ti,

A ti te digo que el amor no se compra ni se vende

Que en el amor no se convence

Que en el amor unas veces se gana y otras se pierde

Que la pasión no se contiene, que no existen medidas, tan sólo despedidas

Que es altruista, irracional e incondicional, no se puede controlar

Que es soñar despierto

Que es ansia, fantasía y color

Que es aventura, decisión y riesgo

Que es sinceridad, fidelidad y confianza

Que es ternura y preocupación

Que el amor no es reflexión, que es locura, emoción y sentimiento

Que es llorar, que es reír, y a veces...también sufrir

Pero...¿qué te voy a decir a ti? Si es todo lo que no vamos a compartir...

domingo, 5 de septiembre de 2010

Crónica de un desamor anunciado



Lo sabía, lo sabía desde hace tanto tiempo...

Hoy, como ya venía sospechando, me he dado cuenta de que para ti he sido un juego, que tus intenciones, siempre borrosas, nunca han sido las de llegar a buen puerto conmigo. Que lo tuyo es una de cal y una arena, y que por mucha paciencia, esperanza y cariño que ponga, eso no va a cambiar.

Y como te venía anunciando...mi corazón ya no puede más. Hasta aquí ha llegado. Aún convaleciente tras la marcha de chico 1 decidió que le diera el alta para llenarse de ilusión, de esperanza, de emociones con chico 2, y hoy...aquí se encuentra, de nuevo, con su peor enemigo: la herida que provoca un desamor.

Tras semanas de escasa aparición y tras semana y media de desaparición total enmascarada en un viaje con tus amigos, vas y me anuncias, vía internet, que el viaje que tenías pensado para la semana que viene venir a verme no va a poder ser por motivos laborales...Yo haciendo acopio de mi buena voluntad, de no pecar de egoísta y mostrándome mi mejor cara me muestro comprensiva: Si es por trabajo lo entiendo, mejor asegurarte esto ahora que no ir apurado luego...
Incluso llego a creerme que lo sientes de verdad y que estás indeciso en tu decisión, que aún queda un resquicio de esperanza, que puede darse ese gran gesto que espero por tu parte desde hace tanto tiempo que me demuestre que no pierdo el tiempo, que todo lo que hago sirve para algo porque tú y yo estamos hechos el uno para el otro. Pero toda esa esperanza se desvanece en el momento en que te digo que no me he enfadado y te despides sin más quedándote tan tranquilo y sin dar señales de vida tres días después...

Aún no me puedo creer que hayas decidido dejar las cosas así, sin más, sin una conversación, sin una explicación, simplemente una excusa barata y...¿cada uno sigue su camino? Una vez me demuestras que los detalles, la consideración y que la preocupación por mi no es algo de lo que puedas presumir. No es una ruptura común, ni siquiera hemos hablado desde entonces, pero mis lágrimas no paran de brotar. Podías haber sido claro desde el principio, sabes que nunca te he pedido nada excepto sinceridad. Nos hemos desgastado, ya no tienes ganas de saber de mi, y yo ya no puedo seguir sabiendo de ti, es demasiado tiempo manteniendo esperanzas que no se cumplen, que en lugar de avanzar en nuestra historia estamos estancados o peor aún, lo único que hemos hecho desde la última vez que nos vimos ha sido retroceder a pasos agigantados...

No se si algún día volverás a buscarme, o si nuestros caminos volverán a cruzarse, el destino siempre ha jugado en nuestra contra, pero si por casualidad llega el día que quieras recuperarme, aún no han inventado historia de amor tan grande como el que tú tendrás que demostrarme...

No es algo que decidas tú, o al menos, no abiertamente, pero como esto es cosa de dos y yo siempre he puesto la mayor parte, esta vez también soy yo quien tiene la última palabra y digo que esto es el punto y final a nuestra historia. No se si será el destino, el momento, o nosotros pero estoy segura de que ya no puedo luchar más porque me quieras. Porque el amor, como yo lo entiendo, aunque empiezo a creer que es una utopía es generoso, desinteresado, pero sobretodo fácil...

Y ojalá pudiera o ojalá supiera decirte de otra manera y sin lágrimas en los ojos que...aunque soy yo quien decide que ya no más, y no me canso de jurarme que no habrá segunda parte, me cuesta tanto olvidarte...Aunque me gustaría creer que cada lágrima mía que sale es una mariposa que vuela y busca a otra personita que se esté enamorando para llevar a cabo su función: ilusionarla y llenarla de magia con esa clase de emoción que sólo es capaz de sentir una persona enamorada.

jueves, 26 de agosto de 2010

La niña de los ojos llorosos


Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. La verdadera amistad dura toda la vida. (O eso pensaba yo...)

Cuando comencé este blog, hace ya algún tiempo, tenía que empezar de nuevo porque chico 1 había decidido marcharse y pensaba que no había ausencia que pudiera dolerme más. Me equivocaba.

Hoy me encuentro aquí, empezando de nuevo, porque tengo que dejar atrás a la que consideraba mi mejor amiga. Y sí, aunque parezca increíble, las acciones de una amiga hacen más daño que las de cualquier chico, por importante que haya sido en nuestras vidas.

Hace 20 años una niña rubia llorosa entraba por la puerta del cole cogida de la mano de su mamá, tenía miedo porque nunca había estado con tantos niños extraños, pero poco a poco y a medida que pasaban los días la niña llorosa iba más contenta al cole, estaba conociendo a las que hoy son sus compañeras de viaje, sus compañeras de lágrimas, de risas, de locuras...Los años iban pasando y la amistad entre aquellas pequeñas niñas iba creciendo, pasaron juntas sus primeros exámenes, compartieron almuerzo en los recreos, hicieron playblacks en el patio del cole...Pasaban los cursos, pasaba la vida, juntas compartieron ese gran paso de niña a mujer, los primeros amores, los primeros viajes, las primeras fiestas, los primeros castigos por llegar tarde, pero nada importaba. Se tenían las unas a las otras.

A lo largo de este tiempo, en el grupo se fueron estrechando lazos entre amigas, y la que tiempo atrás fue la pequeña niña rubia de ojos llorosos fue acercándose mucho más a la pequeña niña morena y dicharachera de su clase. La que siempre estaba alegre, la que siempre tenía una sonrisa para compartir con aquellos que querían mirarla. Desde los 16 años se convirtieron en inseparables, cambiaron de cole, de amigos, eligieron carreras diferentes pero siempre estaban ahí, la una para la otra.

Después de tantos años, y sin más explicaciones, un buen día la niña morena llamó a la niña rubia diciendo que se marchaba con el príncipe de sus sueños (que la niña rubia le había presentado) y empezó a suceder lo que nadie nunca se hubiera imaginado...Hoy hace un mes que la niña rubia no sabe nada de la niña morena tras la única discusión que han tenido en 20 años. Sus ojos vuelven a estar tristes y llorosos porque a pesar de que sabe que ella no ha hecho nada malo, a pesar de no entender que pasó para llegar a esto, y de no saber si será capaz de que las cosas vuelvan a ser igual entre ellas, esta niñita echa de menos a su amiga morena y dicharachera.


miércoles, 25 de agosto de 2010

A mi exterminador de mariposas


No sé que somos, ni qué seremos, ni siquiera sé si alguna vez hemos sido algo que podamos definir alguno de los dos. Lo único que sé es que necesito decirte, de alguna manera, todo aquello que cuando te tengo enfrente soy incapaz de decirte más allá de la mirada.

No es bueno, tampoco malo, como para nosotros, no sé si existe algún adjetivo que defina mi estado. Me encuentro con sentimientos enfrentados continuamente, estoy cansada de esto, de los mensajes que no van a ninguna parte, de las ilusiones que deposito en cada encuentro y que se quedan allí, porque últimamente, cada vez que nos hemos visto…las he ido perdiendo por el camino y llego a casa más vacía de lo que fui, antes no pasaba nada, si algo salía mal el mínimo gesto por tu parte compensaba esa pérdida, pero ya no, ya no me valen los gestos de después, los de compensación, para volver a llenarme de ilusión, y mis mariposas en el estómago se han vuelto perezosas y están cansadas de emprender el vuelo para no llegar nunca a buen puerto.

No sé si soy, si eres tú o quizás el tiempo que ha ido desgastando, o abriéndonos los ojos de algo calificable por todos como imposible. Pero ha pasado mucho tiempo y los gestos de cariño o amor de hace cinco años ya no valen, necesito más y tú no estás dispuesto a dármelo, no quieres, te da miedo o cualquiera de las mil millones de excusas que pones cada vez que consigo que hablemos de nosotros, pero para ti es un tema tabú, nos hemos acomodado en los apelativos cariñosos, y la verdad es que ya ni siquiera me sale llamarte así. El otro día abrí la puerta del pasado y me pareció muy triste que los primeros mensajes estuvieran llenos de promesas, de esperanzas, de planes…que con oportunidades de sobra no se han llegado a cumplir.

No sé si te has dado cuenta, o si prefieres dejar que pase el tiempo y que en el próximo encuentro se arreglen las cosas. La verdad, tan sólo hace un año estaba ya nerviosa de pensar que en breves iba a verte, este año siento la más absoluta indiferencia ante tu visita, aunque como siempre, una mínima parte de mi espera que por fin hagas un gesto grandioso, de película romántica, de esos que a todas las mujeres nos hace derramar una lágrima cuando lo vemos y me digas las dos palabras que tanto tiempo llevo esperando oír de tu boca, porque lo que no sabes es que es lo único que puede hacer volar a mis mariposas y que si no pasa pronto, que si no te decides esta vez, cerraré la puerta para siempre, porque tanto ellas como yo estamos cansadas de montar en montañas rusas emocionales contigo, y necesito con toda mi alma una persona que les recuerde que pueden volar sin que tengan miedo de caer después.