domingo, 5 de septiembre de 2010

Crónica de un desamor anunciado



Lo sabía, lo sabía desde hace tanto tiempo...

Hoy, como ya venía sospechando, me he dado cuenta de que para ti he sido un juego, que tus intenciones, siempre borrosas, nunca han sido las de llegar a buen puerto conmigo. Que lo tuyo es una de cal y una arena, y que por mucha paciencia, esperanza y cariño que ponga, eso no va a cambiar.

Y como te venía anunciando...mi corazón ya no puede más. Hasta aquí ha llegado. Aún convaleciente tras la marcha de chico 1 decidió que le diera el alta para llenarse de ilusión, de esperanza, de emociones con chico 2, y hoy...aquí se encuentra, de nuevo, con su peor enemigo: la herida que provoca un desamor.

Tras semanas de escasa aparición y tras semana y media de desaparición total enmascarada en un viaje con tus amigos, vas y me anuncias, vía internet, que el viaje que tenías pensado para la semana que viene venir a verme no va a poder ser por motivos laborales...Yo haciendo acopio de mi buena voluntad, de no pecar de egoísta y mostrándome mi mejor cara me muestro comprensiva: Si es por trabajo lo entiendo, mejor asegurarte esto ahora que no ir apurado luego...
Incluso llego a creerme que lo sientes de verdad y que estás indeciso en tu decisión, que aún queda un resquicio de esperanza, que puede darse ese gran gesto que espero por tu parte desde hace tanto tiempo que me demuestre que no pierdo el tiempo, que todo lo que hago sirve para algo porque tú y yo estamos hechos el uno para el otro. Pero toda esa esperanza se desvanece en el momento en que te digo que no me he enfadado y te despides sin más quedándote tan tranquilo y sin dar señales de vida tres días después...

Aún no me puedo creer que hayas decidido dejar las cosas así, sin más, sin una conversación, sin una explicación, simplemente una excusa barata y...¿cada uno sigue su camino? Una vez me demuestras que los detalles, la consideración y que la preocupación por mi no es algo de lo que puedas presumir. No es una ruptura común, ni siquiera hemos hablado desde entonces, pero mis lágrimas no paran de brotar. Podías haber sido claro desde el principio, sabes que nunca te he pedido nada excepto sinceridad. Nos hemos desgastado, ya no tienes ganas de saber de mi, y yo ya no puedo seguir sabiendo de ti, es demasiado tiempo manteniendo esperanzas que no se cumplen, que en lugar de avanzar en nuestra historia estamos estancados o peor aún, lo único que hemos hecho desde la última vez que nos vimos ha sido retroceder a pasos agigantados...

No se si algún día volverás a buscarme, o si nuestros caminos volverán a cruzarse, el destino siempre ha jugado en nuestra contra, pero si por casualidad llega el día que quieras recuperarme, aún no han inventado historia de amor tan grande como el que tú tendrás que demostrarme...

No es algo que decidas tú, o al menos, no abiertamente, pero como esto es cosa de dos y yo siempre he puesto la mayor parte, esta vez también soy yo quien tiene la última palabra y digo que esto es el punto y final a nuestra historia. No se si será el destino, el momento, o nosotros pero estoy segura de que ya no puedo luchar más porque me quieras. Porque el amor, como yo lo entiendo, aunque empiezo a creer que es una utopía es generoso, desinteresado, pero sobretodo fácil...

Y ojalá pudiera o ojalá supiera decirte de otra manera y sin lágrimas en los ojos que...aunque soy yo quien decide que ya no más, y no me canso de jurarme que no habrá segunda parte, me cuesta tanto olvidarte...Aunque me gustaría creer que cada lágrima mía que sale es una mariposa que vuela y busca a otra personita que se esté enamorando para llevar a cabo su función: ilusionarla y llenarla de magia con esa clase de emoción que sólo es capaz de sentir una persona enamorada.

No hay comentarios: