lunes, 2 de marzo de 2009

Tarde de domingo rara


Un fin de semana lluvioso, o al menos con predicción de lluvias no anima a hacer muchos planes, así que como ya me había hecho a la idea de no salir y puesto que tengo que ahorrar al máximo, porque no se si lo he dicho, pero el Viernes me voy una semana a Granada a ver a una amiga...mi plan para el finde era sesión de pelis, palomitas, helado y chocolate, contando por supuesto con la incomparable compañia de Zita.

Ante el firme propósito de no deprimirme y recurrir a "mis" pelis me dispuse a ver las últimas novedades de la cartela, he de decir que bastante decepcionantes casi todas...Esta tarde harta ya de estar tumbada en la cama, y sinceramente empachada de tanta golosina, que mañana cuando suba a la báscula me arrepentiré de haber comido...He decidido ponerme a leer un rato el libro que tengo empezado desde hace cosa de un mes y que leyendo como media unas tres páginas por noche puede durarme como un año...Lo elegí por el título: Lo opuesto al amor.
Y sobre eso he acabado pensando esta tarde, ¿qué es lo opuesto al amor? ¿Odio? ¿Indiferencia? ¿Rabia? ¿Arrepentimiento?... Ni la propia protagonista se decanta por alguna de sus opciones...
¿Qué siento yo exactamente por chico 1? Porque desde luego eso sí es ahora lo opuesto al amor...
Primero vino la melancolia cuando no podía dejar de llorar, de recordar cada momento, cada detalle...
Luego la rabia, la ira, cuando fui consciente de porque se había largado de esa manera, sin explicaciones, sin el suficiente valor para decir las verdades a la cara...
Después el dolor, el dolor que provoca saber que esa persona que tu creias conocer resulta ser un desconocido, un extraño para ti, alguien capaz de hacerte tanto daño y tocas fondo...
Más tarde llegó el vacío, cuando ya nada conseguía hacerme reir ni llorar, cuando todo me daba igual, cuando crees firmemente que no volverás a sonreir, que no volverás a sentir...
Todos esos sentimientos a veces te dan una tregüa para que sigas adelante, como me pasó a mi, cuando de repente despiertas un día y no piensas en él, y va pasando el día y nada...te convences de que todo va bien, de que las cosas suceden por alguna razón, empiezas a esbozar sonrisas que no tienen como origen su risa, su rostro o alguno de los recuerdos que evoca, pero las personas no desaparecen, no se evaporan, y siempre hay un momento en el que algo te lo recuerda, alguien le nombra o simplemente él vuelve de la manera que sea a ti. Entonces vuelve el dolor, y aparecen las dudas de porqué no se va y no te abandona como era su propósito.
Viene entonces el turno de la esperanza, no está todo perdido, quizás se haya dado cuenta de que me echa de menos, nos reimos, lo pasamos bien...ha sido mucho tiempo, algo tiene que quererme, se ha arrepentido. Y sin darte cuenta haces por alimentar esa esperanza que va recomponiendo tu corazón hasta que un día la rabia se apodera de nuevo de ti porque ves que no se ha arrepentido que no te quiso nunca y no lo hace ahora, y que todo lo que ha hecho lo ha hecho para limpiar su conciencia...
Llega la autosuficiencia y el orgullo, si él no me necesita yo tampoco, soy capaz de conseguir a cien chicos mejor que él, que realmente me valoren, que realmente me quieran. Sales al mundo exterior y te das cuenta de lo que hay...Bueno, alomejor mi abuela tenía razón cuando decía que más vale malo conocido que bueno por conocer. Pero no, gracias al cielo, la venda ha caido y te das cuenta de que lo que tenías no era malo, era pésimo.
La verdad entra en acción. Te das cuenta de todo aquello a lo que has tenido que renunciar, a que no eras feliz al cien por cien, a que no cumplia tus expectativas en muchas cosas...
Es el turno de la indiferencia, una vez has conseguido quitarte la venda de los ojos y asimilar las verdades viene cuando te das cuenta de que lo que echas de menos no es a la persona, sino la situación, y toda situación donde él es el protagonista sólo evoca a la indiferencia.
Para mi lo opuesto al amor es todo ese proceso, porque mientras hay lágrimas, mientras hay rabia, esperanza o dolor es que todavía hay sentimiento, la indiferencia equivale al vacio. Pero entonces me pregunto: ¿es sólo otra fase de descanso del dolor, de manera que el corazón pueda recuperarse y siga latiendo, o es verdaderamente la superación? Sólo la idea de encontrarme en una fase de descanso me aterra...
Ay que ver lo que me da por pensar los Domingos...

4 comentarios:

Miguelo dijo...

ju que tarde mas pensativa... y yo q estuve medio dormido todo el domingo...

Juan Rodríguez Millán dijo...

Yo también soy de los que le da muchas vueltas a la cabeza, así que entiendo todo el razonamiento. Y lo comparto en buena medida, porque llego a la misma conclusión que tú. ¿Lo opuesto al amor? Todo eso y seguro que muchas cosas más, pero es tan personal la reacción que sería imposible saber qué es eso con exactitud.

Siempre digo, ante estos casos, que a alguien se le olvidó darnos el manual, pero es que ese es el problema: no hay manuales.

Unknown dijo...

El amor es tan especial que ni siquiera tiene opuesto, no al menos uno generalizado para todos, porque cada uno de nosotros amamos de una manera única e irrepetible...
Besitos, linda!

Estela dijo...

Miguelo: jajaja a mi eso también me pasa algunos, pero ya ves, este me dió por pensar...
Un besooo

Juan Rodríguez: Más que manual yo pediría una pastillita que aliviara el dolor, se llevara los recuerdos dolorosos y empujara los buenos al fondo dejándolos salir sólo cuando ya no duelan...
Tampoco está mal, no?
Un besitooo

Bebita: Toda la razón del mundo! Yo espero encontrar pronto a esa persona con la que compartir el equlibrio.
Un besitooo!!