De vuelta a la realidad...

Es curioso como pasa el tiempo de rápido cuando eres feliz, cuando disfrutas, cuando llegas a casa, te acuestas y piensas, no puede ser que ya haya pasado otro día...Pero como todo en esta vida esos días también llegan a su fin, y es que hoy, cuando me acueste y ponga el despertador tendré que abandonar la euforia con la que he vivido estos días y despertar mañana en la realidad.

Como ya sabeis, estuve en Granada una semana, y la verdad es que es una ciudad preciosa, es como estar en un mundo aparte, es un mundo mágico, hay mucha mezcla de gentes, según por la calle que vayas te parece estar en un sitio o en otro, hay zonas en las que parece que estés perdida en la montaña como cuando vas andando por el paseo de los tristes o el mirador de San Nicolás, y otras que cuando te metes en plena Gran Vía o en la Av de los Reyes Católicos estás en la ciudad más moderna del mundo con un Zara de cuatro pisos y demás...Pero lo que más me gustó, sin duda, fue la Alhambra...Yo, que siempre he sido muy dada a soñar despierta y a los cuentos de princesas, me imaginaba allí paseando con mis túnicas de colores con preciosos bordados y la cola de príncipes esperando a las puertas del palacio para que les diera una oportunidad de conocerlos...Ays...creo que he visto demasiadas películas de Disney...Pero el Jueves cuando desperté me tocó el primer choque con la realidad, tenía que volver a casa...

Después de un viaje agotador, en el que no paré un segundo, llego a mi tierra en pleno inicio de Fallas, y claro, como buena valenciana que soy, las he disfrutado hasta el último segundo, lo que significa andar hasta no sentir los pies, bailar hasta el amanecer, emocionarme al ver la Virgen llena de color, pero sobretodo reir hasta llorar. Pero si algo me ha llamado la atención, y no he conseguido entender, es que además de todo eso estas fallas he estado dominada por el miedo, el miedo a encontrarme por ahi con chico 1 y mi sustituta...Y es que he llegado a un punto en el que mi corazón dice a gritos: Ojos que no ven, corazón que no se siente. Porque, aunque hay momentos en los que echo de menos esa sensación mágica y alguna que a otra vez a él...desde que abrí los ojos y puse punto y final a esa falsa relación de amistad, mi corazón poco a poco vuelve a latir con más fuerza, son menos las veces que lloro y soy capaz de imaginarme con otra persona, que aunque no tiene nombre ni rostro todavía, es la que realmente me hace feliz. Y me da pánico cruzármelo, ver lo feliz que es con ella, y que ella, una vez más, se crea la ganadora ya que ha anunciado a voz en grito que es la nueva novia de chico 1 y se ha encargado de que me llegue por todos los medios...Ese ha sido mi segundo choque con la realidad...

Y el tercero será dentro de unas horas, cuando el despertador suene, después de dos semanas sin madrugar y con el cansancio y sueño acumulado aún en mi cuerpo, para levantarme y enfrentarme de nuevo a la rutina del día a día. Pero al menos, como en casa, no se está en ninguna parte.