El arte de hacer maletas

Desde pequeñita he odiado eso de hacer maletas, recuerdo que cuando nos íbamos de viaje o nos trasladábamos al apartamento para las vacaciones de verano mi maleta era un desastre. Yo quería llevármelo todo y claro...era misión imposible. Además siempre está el misterio añadido de las maletas, ya sabéis, eso de ¿por qué a la ida cierra y a la vuelta no? Y que decir de esas cosas que siempre se te olvidan...en mi caso siempre es el pijama o la pasta de dientes.
Como era un desastre haciendo maletas y llega una edad en la que no puedes permitir que te la haga tu madre, ella me enseñó su técnica, planificar que ibas a ponerte cada día y cuando lo tuvieras todo listo meter un par de cosas más de abrigo, otro par de pantalones o faldas, de sueters, de camisetas de manga corta...Todo lo que yo llamo los “por si acaso”
Pues bien, aprovechando mi día libre de la semana, llevo toda la mañana delante del armario haciendo posibles conjuntos para dejar todo listo para el Jueves sólo tener que meterlo en la maleta. Porque eso de ser precavida también me lo enseñó mi madre. Así que también llevo todo el día acordándome del que todavía no ha inventado el armario portátil o el teletrasporte. ¿Os imagináis lo fácil que seria? A ver...hoy me voy a Tenerife, falda y camiseta de manga corta. Pluf Tenerife, vaya pero si hay tormenta, pluf en casa de nuevo, me cambio y a Tenerife otra vez. O en su defecto coger el armario y poder meterlo enterito en la maleta...Yo así seria feliz y me ahorraría estos quebraderos de cabeza, porque además hay que pensar doble porque es modelo para las mañanas y modelo para las noches, y luego mi padre me dice que por qué me llevo la maleta grande...Menos mal que voy en tren y no tengo que andar pesando la maleta en la báscula para que no me toque pagar exceso de peso...
Además odio eso de tener que hacer la lista porque la compradora compulsiva que hay en mi sale a relucir y me monta mil modelos pero siempre con esa blusa tan mona que vi en Zara el otro día o con ese vestido que vi en Mango...Nunca con lo que tengo en el armario. Si al final mi madre tendrá razón cuando dice que si sólo tuviera un pantalón y un suéter no tendría esos problemas...Y luego está lo que yo llamo “El factor robo” que consiste en tener una hermana y una madre que cada vez que no saben que se quieren poner acudan a tu armario, de manera que, cuando tu has decidido tu modelo y vas en su búsqueda tienes que ir a buscar parte de las prendas a sus respectivos armarios, a la lavadora y en el mejor de los casos al armario pendiente de plancha. Así que en estos casos la mayoría de las veces tienes que volver a planificar el conjunto. Al menos, después de hacer tantas listas, he aprendido la lección, y lo primero que apunto es el pijama. Voy a seguir que todavía voy por el Lunes y aún me quedan un par de días que planificar...